viernes, 3 de junio de 2011

Mi Primer Amor

¿A qué edad es que dicen que se puede tener el primer verdadero amor?
Yo conocí al mío cuando tenía 12 años. Me lo presentó, aunque parezca extraño, una profesora del colegio, a quien, por cierto, le estaré eternamente agradecida. Sería mentira decir que fue amor a primera vista, en realidad todo comenzó como una obligación, pero a medida que nos fuimos conociendo y descubriéndonos el uno al otro, todo fue mágico. Y hablando de magia,  ahí va la primera de tantas cosas que aprendí con él: la magia existe…
A lo largo de estos años, hemos pasado juntos por muchísimas cosas. El compartió conmigo mis últimos años de colegio, para luego acompañarme a la universidad. Nuestros encuentros se fueron haciendo cada vez más irregulares, pasando de las tardes ininterrumpidas durante mis días de colegiala, a ratos entrecortados, e incluso días sin encontrarnos, en épocas de parciales. Recuerdo tantas veces que esperó en la madrugada a que terminara de estudiar para calmar mis nervios y acompañarme hasta que me quedara dormida... Pero lo más importante, es que siempre que lo he necesitado, sea de día o de noche, en mi casa o en un salón de clase, en el carro o en un avión, el ha estado ahí para mí, con el mismo amor de siempre.
Fue él quien me enseño a leer. Y no estoy hablando de “pasito a pasito”, “mi mamá me mima” y esas cosas. Hablo de leer de verdad: de leer y mientras lees, te transportes a mundos en los que existen los magos, se viaje en el tiempo, y un niño de 14 años derrota dragones… Fue por él que un día decidí aprender ingles, para que de esa manera nos pudiéramos entender mejor. Y también fue él el culpable de haberme visto involucrada (muy muy indirectamente) en algún tipo de conflicto legal (algo de derechos de autores y traducciones ilegales por internet).
Lo nuestro siempre ha tenido algo así como la espera y emoción por el reencuentro típico de los amores de lejos. Desde que nos conocimos, siempre hemos estado esperando un próximo gran encuentro, donde vivimos cosas nuevas, o revivimos cosas viejas de una manera diferente. Me atrevería a decir, sin miedo a equivocarme, que esta espera constante, así como la gran recompensa una vez llegada la fecha, es lo mejor que tiene esta relación de nosotros, y probablemente sea lo que la ha mantenido tan viva a lo largo de tantos años.
Si alguno ha notado una pizca de tristeza o nostalgia en lo que les he contado hasta ahora, es porque hace un tiempo, él me confesó que se acercaba nuestro último gran encuentro, la fecha no pudo ser más apropiada: mi cumpleaños. Así que el 15 de julio llegará a su fin este ciclo de emocionantes esperas que hemos vivido por tantos años. No sé qué pasará después, no puedo ni imaginar lo que se siente vivir sin esperar nada nuevo de él….
                                                                                       …
En estos días, en unos de nuestros encuentros nocturnos, mientras me yo preguntaba cómo sería lo nuestro después del 15 de julio, él me tranquilizó, diciéndome que un amor así puede vivir para siempre “Because it has something worth living for”

PS: His name is Harry… Harry Potter…